La noticia inundaba los periódicos del mundo árabe. Líbano recibía a principios de mes a los altos dirigentes de Arabia Saudí, Siria y Qatar ante la última filtración del Tribunal que investiga el asesinato de Rafiq Hariri. El Líbano respira estos días un ambiente cargado de tensión, como bien representa esta caricatura sacada de la página web Al Manar.
El Tribunal Especial para El Líbano se ocupa de juzgar a los responsables del atentado del 14 de febrero del 2005 que causó la muerte del Primer Ministro Rafiq Hariri, un tribunal muy polémico ya que miembros del "Partido de dios" afirman que tras esta resolución está Israel y su aliado incondicional, Estados Unidos. Aunque las primeras acusaciones se dirigieron hacia Siria, se ha filtrado la noticia de que el Tribunal acusará directamente a Hezbolá del atentado.
El líder el “Partido de Dios” anunció que aportaría este lunes pruebas de una supuesta implicación de Israel en el atentado que acabó con la vida de Rafiq Hariri. Sólo hoy El mundo, La vanguardia y Público han dedicado espacio para hablar de este informe. De estos periódicos, sólo El mundo informa a través de su corresponsal en Beirut, Mónica G. Prieto, mientras en los demás se nutren de las agencias.
Al manar es la estación de televisión por satélite de Hezbolá y fue designada una “entidad terrorista” y prohibida por Estados Unidos. Sea porque los medios de comunicación consideran inmoral comunicar informaciones publicadas desde entidades calificadas como “terroristas”, o sea porque decir que Israel tiene espías en todo el mundo no es noticia para nadie; lo cierto es que no informar se traduce como “no interesa”, “no es importante”, “no existe”.
La “Agenda setting” de nuestro país recogía la candidatura socialista para las próximas elecciones en la Comunidad de Madrid este lunes, pero nada se habló sobre la tensión en la que viven los libaneses, cuyo gobierno de unidad nacional acaba de nacer y necesita estabilizarse. La presencia mediática de esta información es esencial para entender la influencia que ejerce Hezbola, ya que sus discursos son seguidos por millones de personas en todo el mundo árabe.
La filtración ha indignado al sayyid Hassan Nasrallah, que no sólo niega las acusaciones sino que este lunes ha presentado imágenes interceptadas de aparatos de vigilancia israelíes del sitio donde se produjo el atentado del primer ministro libanés, Rafiq Hariri, poco antes de su asesinato. Varios clips, cada uno de ellos de varios minutos de duración, mostraron imágenes aéreas de la costa del oeste de Beirut varios días antes del asesinato de Hariri.
El líder de Hezbolá pone en boca del presidente sirio otra declaración que afirma que un líder árabe informó a Bassar Al Asad de que a EEUU no le importaba que Siria mantuviera fuerzas en Líbano, pero con la condición de que desarmara a Hezbollah y a las facciones palestinas en Líbano. Assad respondió que Hezbollah era parte de la seguridad nacional de Líbano y se negó así a aceptar la petición estadounidense. Entonces, se puso en marcha el proyecto para expulsar a Siria de Líbano y aislar a Hezbollah.
Este informe, que será entregado al Tribunal, también recoge la declaraciones de espías israelíes detenidos en El Líbano y que prueban la vigilancia permanente que hace Israel a los líderes del 14 de marzo, Saad Hariri y Samir Geagea. Lo que queda latente en estas declaraciones y después del último enfrentamiento en la frontera que acabó con la vida de tres libaneses y un israelí, es que Hezbolá y el ejercito libanés se han unido para hacer frente al enemigo común: Israel.